miércoles, 14 de agosto de 2013

Pero sigo viva, mamá

"Necesito que vuelvas, quereme". Esa frase resuena en mi cabeza hace algunos minutos, cuando me obligaba a no escribir hasta terminar de leer el libro, finalmente lo terminé y acá estoy. No se a quien va eso, supongo que a nadie, o a todos. Si, eso: a todos. Quiero que esas personas vuelvan, que me distraigan, que me quieran y no me hagan sentir tan sola. Supongo que en algunos momentos no me sentí así, por eso quiero eso de nuevo, quiero que eso sea permanente en mi vida. Quiero que alguien me hable, que me pregunte como estoy y que me haga sentir que le puedo contar cualquier cosa: desde mis deseos de suicidarme o de dejarme morir hasta mis sentimientos más profundos. No considero un sentimiento profundo a las ganas de morir, ¿por qué? porque creo que es evidente y hasta se lo confesé a quien a veces creo que es mi amiga. ¿Acaso mis frases cuando nos peleamos no son suficientes mamá? Tengo miedo, estoy sola. De vez en cuando, cuando te escucho llorar después de esas peleas fuertes donde hay gritos y una siempre deja de contestarle a la otra, tengo miedo por vos, tengo miedo de que no me aguantes más y seas la que se suicide. No quiero quedarme sola, no quiero que te mueras mamá. Es por eso que cada vez que te escucho sufriendo por mi culpa quiero morirme, no es justo que tu propia hija te cause eso. Capaz, dejando de existir te cause dolor al principio, pero más dolor creo que te causan mis palabras hirientes cada vez que discutimos.
Pero sigo viva.

domingo, 23 de junio de 2013

Sin identidad

Me siento así, sin identidad. Me cuesta recordar cosas que haya elegido por mi misma. Desde mi color favorito que empezaron siendo "los de moda" hasta quedar con el que más simpatizaba, hasta muchas de las bandas que hoy en día escucho fueron influenciados. ¿Pero cómo? Fácil. Fácil es que alguien con la autoestima por la altura de las catacumbas de París tome como referencia a cualquier aspecto de un nuevo ser humano que llegó a su vida y que todavía no la decepcionó.

No se que me gusta y que no, que me divierte y qué me aburre. No se describir los momentos más lindos o feos de mi vida. No se que me hace feliz, suponiendo que alguna vez lo fui, pero si se qué me hace triste: todo. Llegué a un punto (por decisión propia, obligada o vaya a saber uno por qué) en el TODO me afecta. Soy demasiado sensible y ante el menor grito, amenaza verbal o física, percepción del sentimiento de soledad, abandono, reemplazo, equivocación, etc lloro. (Adivinen cómo me di cuenta de esto: leyendo una autobiografía de ALGUIEN MÁS) Sí, mi mecanismo de defensa es llorar a escondidas. Pensé en cortarme, en dejar de comer, en vomitar lo que comía y en suicidarme, pero no tengo la fuerza de voluntad necesaria para nada de eso. Va, últimamente no la tengo para nada, nunca tengo ganas de hacer nada y cuando las tengo nadie puede secundarme, ¿entonces qué hago? Nada. Nunca hago nada, porque las veces que lo intenté no funcionaron. Intenté mantener un "amor" a distancia: no funcionó. Intenté recibirme de profesora de árabe: no funcionó. Intenté tener amigas: no funcionó. Intente, intenté, intenté. Me cansé de intentar y que nada me saliera como lo esperaba o por lo menos bien. Entonces listo, basta, no quiero seguir intentando, no quiero SEGUIR FRACASANDO, tengo miedo, mucho miedo. No se si tengo expectativas propias, no se qué quiero para mi vida, no se si alguien me quiere, no se qué hacer, no se quién soy, no se nada. Lo único que se es que me siento mal, que no escribo esto para que nadie lo lea sino para descargarme. Suelo hacerlo cada vez que toco fondo, en hojas sueltas, con miedo de que sean encontradas o en archivos de Word que cada vez que encuentro ocasionalmente me derrumban o me da asco leer. Eso, asco, me tengo asco: no estoy conforme conmigo misma, ni con lo que me rodea. No quiero ser así, ni estar así, pero tampoco tengo ganas de hacer algo para cambiarlo, no se qué, no se por qué si por falta de ganas, miedo a fracasar de nuevo, por "comodidad" o qué. Lo único que tengo en claro es que soy una parte de cada persona que conocí: me gustan bandas por la mayoría de los que alguna vez me gustaron, se como transformar lo que me decís y ponerlo a mi favor gracias a mamá, mi número favorito quedó, al igual que mi color predilecto, después de tener una variedad de 3 o 4 preseleccionados porque eran "el numero/color favorito de...", aprendí de fútbol europeo, música alemana y alemán porque le gustaba a un ex y no quería estar fuera de esa parte de su vida, y así es como hoy en día no se que cosas me gustan por mi, no se quien soy.